Muchas son las decisiones que a lo largo de la vida de una mujer han de ser afrontadas y resueltas. Ser madre, trabajadora, esposa, hija, hermana, amiga…, son entre otros muchos, algunos de los “ítems” que tenemos que incorporar, o no, en nuestra vida como mujeres en el mundo actual. Decisiones que a menudo nos vienen dadas, como derechos adquiridos a lo largo del tiempo y asumidas por parte de la sociedad llegando a formar parte de nuestra idiosincrasia como mujeres. Decisiones que se complican si además, eres una mujer emprendedora, con ambiciones, ideales e inquietudes empresariales.
¿Cómo decidir de forma acertada entre la intuición, el corazón, el coraje, la educación, la culpa, la responsabilidad, la sociedad… ? Son numerosos los artículos, las noticias y tertulias que tratan de dar visibilidad a la discriminación y la injusticia que a lo largo del tiempo han soportado y todavía soportan multitud de mujeres en el ámbito laboral.
Considero que las mujeres somos capaces de todo lo que nos propongamos, que merecemos la igualdad con respecto a cualquier hombre, en todo aquello a lo que como personas y ciudadanos tenemos pleno derecho.
No obstante, nos enfrentamos con diferentes realidades sociales a las que no se ha dado una respuesta definitiva, viable y sostenible en el tiempo. Además de la implementación de políticas de igualdad, campañas informativas, aplicación de la normativa nacional en cuanto a la retribución salarial , etc…, también habrá que tener en cuenta cuestiones de ámbito personal y social, como por ejemplo, quién dejará de trabajar para atender a los hijos, si el hombre o la mujer, o, quién atenderá a los familiares que necesiten de nuestros cuidados, o cuestiones con mayor controversia como si las mujeres aceptaríamos de buen grado que nuestras parejas realicen las tareas del hogar a cambio de ninguna retribución salarial y mantenidos por nosotras…, o que se dediquen en exclusiva al cuidado de nuestros hijos. Estas entre otras muchas podrían ser cuestiones que deberían ser resueltas para evitar las injusticias y desigualdades por razón de sexo, para romper con el cada vez más conocido fenómeno “techo de cristal” y lograr ese equilibrio tan difícil de alcanzar. Los cambios comenzarán a originarse, como consecuencia de la evolución social, a través de la educación, de la aceptación de la naturaleza y de la esencia de los humanos.
En definitiva la mujer empresaria actual es una visionaria, una “superwoman” (supermujer) dispuesta a compartir responsabilidades, abanderada sobre la educación en igualdad, aceptando y superando las dificultades y diferencias que parte de la comunidad todavía no ha captado y que forman parte del día a día de miles de mujeres que pese a los problemas y retos que les plantea la vida, siguen adelante, marcando nuevas pautas que evolucionan la sociedad, persiguiendo sus sueños, sus metas y objetivos.
La mujer empresaria es, sin duda, un ejemplo y una inspiración para la generación que viene, contribuyendo con su esfuerzo y determinación a resolver los nuevos desafíos que nos presenta la actualidad social y laboral.
ROSANA DUART HERRERO Docente de FP. Valencia,02/04/18
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