
el reto de transformarse, sin más demoras – excusas, en líder estratégico en plena guerra arancelaria.
La economía mundial vive una etapa de tensiones crecientes, marcada por disputas comerciales, proteccionismo y un giro hacia el repliegue nacional. La nueva oleada de aranceles impulsada por EE. UU. desde 2024 no es solo una medida puntual, sino parte de un cambio estructural hacia un orden multipolar más inestable. Este contexto obliga a la Unión Europea (UE) a repensar su estrategia económica, su capacidad de respuesta y su papel en un escenario global más fragmentado.
Leer más: La guerra comercial promovida por EE. UU.: Consecuencias globales y oportunidades para la UEEn este artículo, te presentamos un análisis claro y actualizado sobre el origen y evolución de la guerra comercial, sus impactos globales y los efectos concretos en la UE. También abordamos los retos y oportunidades para el emprendimiento europeo, y planteamos propuestas realistas para transformar esta crisis en una plataforma de acción estratégica y renovada resiliencia continental.
¿En qué consiste la guerra comercial vía aranceles?
La reciente escalada de aranceles impulsada por EE. UU. va a reconfigurar el panorama comercial internacional. Esta guerra comercial, basada en políticas proteccionistas, pretende fortalecer la industria nacional estadounidense frente a China, Europa y otros socios comerciales, “culpables” del gigantesco déficit comercial estadounidense. Hasta esta semana, EE. UU. anunciaba aranceles base del 10 % para algunos países, y hasta un 145 % a productos chinos. No obstante, se ha anunciado una suspensión temporal de 90 días para los nuevos aranceles, excepto a China.
Fundamentos económicos y racional de la estrategia arancelaria
Desde una perspectiva teórica, la estrategia busca incentivar la producción interna y disminuir la dependencia de insumos extranjeros. Sin embargo, centrarse únicamente en la balanza comercial es un error. Es necesario considerar también la cuenta de capital, que refleja un constante flujo de capital extranjero hacia EE. UU. de la UE/China y otros países, mediante inversiones en bonos del Tesoro, acciones y fondos. Esta afluencia de capital permite financiar el déficit comercial estadounidense sin debilitar el dólar estadounidense ni generar crisis de deuda.
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Evolución de la guerra comercial: dos etapas

Riesgos asociados a esta nueva etapa (2024–2025)
1. Escalada sin mecanismos de contención
En la primera etapa (2018–2021), aunque hubo tensiones, existían canales diplomáticos, negociaciones constantes y el acuerdo de «Fase 1» en 2020 que permitió cierto deshielo. Actualmente, esos canales están parcial o totalmente rotos:
- No hay señales de voluntad negociadora. Un día EE. UU. anuncia un “castigo arancelario”, otro día anuncia modificaciones al anuncio anterior, como si la cadena logística mundial se comportara al estilo de una tienda de frutas.
- Se han deteriorado las relaciones incluso con aliados tradicionales (UE, Canadá).
- La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha perdido totalmente su capacidad para mediar.
2. Multipolaridad comercial más consolidada
En 2018, el poder comercial seguía concentrado entre EE. UU., China y la UE. Hoy en 2025:
- China ha consolidado acuerdos con Asia y América Latina (Asociación Económica Integral Regional (RCEP), inversiones en África).
- Europa busca su “autonomía estratégica”.
- El mundo ya no es unipolar, por lo que una guerra comercial impulsada por un solo actor puede tener consecuencias descoordinadas y fragmentar el comercio internacional.
3. Mayor presión inflacionaria global
En la primera etapa, el contexto de tipos de interés bajos y abundancia de liquidez amortiguó los efectos negativos. Ahora, en 2025:
- Hay presiones inflacionarias estructurales (energía, alimentos, logística).
- Los aranceles solo agravan el aumento de precios, especialmente en EE. UU.
- Los bancos centrales no pueden seguir subiendo tipos, para controlar la inflación creciente que se está gestando con esta guerra comercial, sin hundir el crecimiento.
4. Dependencia tecnológica cruzada más crítica En 2018, EE.UU. aún controlaba los chips avanzados, y China dependía en buena medida de tecnología occidental. Hoy:
- China ha avanzado con su sistema operativo Hongmeng (HarmonyOS, desarrollado por Huawei), chips propios y motores de IA como DeepSeek.
- Una ruptura comercial ahora implicaría impactos tecnológicos mucho más disruptivos y costosos para ambos bloques.
5. Desgaste de la legitimidad de EE. UU. como líder global
Antes, EE. UU. era visto como un defensor del orden basado en reglas, aunque ejerciera presión. Ahora:
- Aplica aranceles generalizados (no solo a rivales, también a aliados).
- No propone un nuevo modelo ganar – ganar, sino “reclamo por engaños y supuestos derechos adquiridos” o un repliegue.
- Este enfoque daña seriamente su credibilidad y por ende su capacidad de convocatoria e influencia global.
Impacto en la globalización y la deslocalización
La imposición de aranceles desafía los fundamentos de la globalización, que fue fuertemente promovida por EE. UU. Paradójicamente, ahora critica que otros países hayan “aprovechado” esas reglas para convertirse en grandes exportadores. La deslocalización se justificó en su momento como una búsqueda de eficiencia basada principalmente en costes laborales bajos, beneficiando a países como China, Vietnam, Malasia, India o México. Hoy se quiere imponer un cambio de paradigma: relocalizar producción hacia EE. UU., pese a sus mayores costes o menor competitividad o dominio cuasi monopólico en algunos sectores clave (automóviles, inteligencia artificial, hardware-software militar y espacial, entre otros).
Impacto en la UE
Oportunidades
La UE puede aprovechar esta coyuntura para:
- Fortalecer su mercado interno.
- Completar la unión del Mercado Europeo de Capitales.
- Negociar acuerdos comerciales con regiones como América Latina (Hispanoamérica), Asia y África.
- Atraer inversión extranjera que busca estabilidad.
- Liderar sectores clave como energías renovables, tecnología médica y movilidad sostenible.
Debilidades
Entre nuestras principales vulnerabilidades a corregir, con la más alta prioridad, destacan:
- Alta dependencia energética de combustibles fósiles importados de países altamente inestables o nada amistosos.
- Lenta capacidad de respuesta institucional debido a procesos decisorios complejos o altamente ineficientes – poco prácticos.
- Fragmentación política entre los Estados miembros, que dificulta una acción coordinada.
Desafíos
La UE necesita, sin más demoras políticas, una gobernanza ágil para una Europa más resiliente que permita responder con unidad y agilidad, por ejemplo asignando responsabilidades y decisiones clave a grupos de países líderes según sus fortalezas y oportunidades: Alemania, Francia, Polonia, Italia y Suecia en defensa; España e Italia en energía y agroalimentación; Países Bajos y nórdicos en salud, tecnología y educación; Portugal como hub atlántico para logística, energías renovables y digitalización del sur europeo; y en la relocalización de manufactura, hay una excelente oportunidad de mejorar el nivel de vida de Ucrania, Rumania, Bulgaria y países bálticos. Así se podrá enfrentar el desafío con eficiencia y visión estratégica.
Fortalezas

El gran PIB de la UE es una ventaja estructural clara, pero debe ser activado con visión política, unidad y agilidad institucional. Si no se convierte en una fuerza coherente, puede volverse una oportunidad desperdiciada frente a actores que actúan con mayor «determinación estratégica». Es una ventaja por:
- 1. Poder económico real: La UE es la tercera mayor economía del mundo, solo detrás de EE. UU. y China, en términos nominales. Esto le da peso en negociaciones internacionales, en la OMC y frente a potencias como EE. UU. y China.
- 2. Mercado interno amplio: Con más de 450 millones de consumidores, la UE puede sostener una estrategia de autonomía económica si decide reforzar su mercado interior y reducir su dependencia exterior.
- 3. Capacidad inversora y de innovación: Con programas como NextGenerationEU, Horizon Europe o InvestEU, el tamaño del PIB permite movilizar fondos masivos para apoyar sectores estratégicos (tecnología, transición verde, reindustrialización).
- 4. Base industrial y tecnológica diversificada: Alemania, Francia, Italia, Países Bajos o Suecia tienen sectores punteros en ingeniería, salud, energía, aeroespacial y agroalimentación.
Oportunidades
El papel del ahorro europeo: una fortaleza estratégica

La UE posee una de las tasas de ahorro más altas del mundo. Según Eurostat, los hogares europeos ahorran en promedio más del 12 % de su renta disponible. Esto representa un capital latente que en su mayoría se invierte en el extranjero, principalmente en EE. UU. Es hora de reinvertir ese ahorro dentro de Europa para potenciar su reindustrialización, innovación y autonomía estratégica. EE.UU., que antes promovió la globalización como panacea, ahora se queja de sus efectos; La UE, por el contrario, debe convertir esta coyuntura en una oportunidad.
Oportunidades y desafíos para el emprendimiento en la UE
La actual reconfiguración del comercio mundial no solo representa una amenaza, sino también una oportunidad única para el emprendimiento europeo. La relocalización de capacidades industriales, la inversión en autonomía tecnológica y energética, y la necesidad de nuevas cadenas de valor continentales abren espacio para startups, pymes innovadoras y proyectos de alto impacto que respondan a estas nuevas prioridades. El fortalecimiento del mercado interior y la transición verde-digital también generan oportunidades de financiación pública sin precedentes, a través de programas europeos como FEDER, FSE, FC Horizonte Europa, NextGenerationEU entre otros.
Sin embargo, el entorno exige una respuesta emprendedora con visión global, digital y sostenible, capaz de adaptarse a cadenas de suministro más cortas, pero más resilientes. Será fundamental que la UE facilite la vida del emprendedor mediante menos trabas burocráticas, mejor acceso a financiación inicial y más cooperación universidad-empresa. Emprender en esta Europa en transición no será fácil, pero puede ser la base de una economía grupal más fuerte, autónoma y competitiva en el nuevo orden global.
Reflexión final
La guerra comercial iniciada por EE.UU. es solo un síntoma más de un mundo que abandona el consenso multilateral para adentrarse en una era de «competencia estratégica» abierta. Europa no puede limitarse a resistir. Nuestra historia es rica en lecciones imperiales, desde el Imperio Romano hasta el Imperio Español: si una civilización no se adapta, innova y se fortalece, será dominada...
“La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.” – Marco Aurelio.
Hoy, esa felicidad colectiva europea depende también de la calidad de nuestras decisiones estratégicas.
La UE tiene los recursos necesarios para responder con creatividad, audacia y unidad, impulsando un nuevo modelo económico basado en talento, sostenibilidad, soberanía tecnológica y respeto a la diversidad. Estamos presenciando el cambio de un mundo unipolar a uno multipolar, con todas las consecuencias que ello conlleva. Debemos prepararnos para liderar en lugar de seguir reaccionando.
Llamado a la acción
Este es un momento para actuar con visión de largo plazo. La UE y sus gobiernos nacionales deben movilizar todo su potencial financiero, institucional y humano para transformar esta crisis en una plataforma de renacimiento económico y emprendedor. Si Europa se comporta como un actor menor, quedará marginada en el «mejor» de los escenarios. Si actúa con convicción y liderazgo, puede convertirse en uno de los centros de gravedad de la nueva economía global post-globalización.
Valencia, 20 de abril de 2025

Sénior de Secot Valencia
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